Cine de autor semi-documental para contar la transformación de China
Su cine se caracteriza por la estilización narrativa y visual, con la que describe a la China de hoy, a sus acelerados cambios.
Fiel retratista y minucioso narrador de la evolución de la sociedad china actual, va relatando en cada una de sus películas los cambios que se van produciendo en la sensibilidad de la gente común, de los jóvenes, de las formas que van tomando las relaciones de todo tipo, las personas y el sistema político. Siempre con historias personales y un sentido de cine fuerte, que hiere, que penetra la piel, diríamos, que hace comprender, que pone en escena a los seres más ignorados y marginales. Pero como dijimos, con mucho sentido de cine. Es un cine imprescindible si queremos mirar a China. Su brutal modo de estar presente en el mundo. El precio que paga por esa integración. Dejando atrás tradiciones, costumbres, modos de vida.
La globalización, que llega a los últimos rincones olvidados del planeta, ha provocado en el gigante asiático una radical metamorfosis urbanística y espacial en los últimos 30 años. Su impacto en las sensibilidades, las subjetividades, las historias de vida. La violencia sobre la naturaleza, las relaciones, los cuerpos. Eso es lo que narra Jia Zhangke. Su mirada sobre China es la mirada de lo que no muestran las estadísticas de crecimiento, la propaganda oficial, el discurso del poder.
La enorme rapidez con la que se producían las transformaciones obligó a Jia Zhangke a utilizar una estética de la inmediatez en la que el impulso documental es la herramienta para registrar los imparables procesos de destrucción y construcción que ocurren en las ciudades.
Su lenguaje cinematográfico, próximo al documental, se contrapone al documental político, de corte informativo y propagandístico del gobierno comunista chino. Ahora, los documentalistas y cineastas disponen de las nuevas cámaras para registrar bajo una mirada propia lo que ocurre a su alrededor, sin restricciones temáticas o formales. Hacen hablar a las imágenes para explicar la realidad.
La voz de Jia Zhang Ke se alza entre la mediocridad del cine chino actual para gritar desesperadamente que los resultados de la política del gobierno chino atentan directamente contra la dignidad de la persona.
Cine de autor, seguramente más conocido en el circuito internacional de festivales que en la propia China. Muchas de sus películas, como A touch of sin están censuradas y no pueden verse en China.
Una cinematografía de los espacios
Los espacios como símbolos y signos de la transformación.
El espacio refleja el estado de indeterminación que vivía la sociedad china. Una sensación de desconcierto e incertidumbre producido por del ritmo hiperacelerado de los cambios invade a los personajes. Los fundamentos y hábitos tradicionales que durante años sirvieron de guía para la sociedad desaparecen dejando a los personajes en un estado de desorientación. De ahí la errancia, el vagabundeo que practican algunos de ellos por la ciudad. Los no lugares son los espacios que para Jia Zhanke mejor definen el estado de transición y zozobra que aqueja a la sociedad china en esos momentos. Los personajes habitan un limbo espacial que les genera desconcierto: entre los espacios familiares-tradicionales y los nuevos espacios impulsados por el desarrollo económico.
Preocupación por la preservación y la memoria
Jia se muestra preocupado con la desaparición de la memoria colectiva provocada por la remodelación de los espacios y la especulación urbanística. Sus películas reflejan una elevada ansiedad por preservar la memoria y recuperar la historia de dos espacios en concreto: la Fábrica 420 y la ciudad de Shanghai.
Ruinas del progreso: ruinas sociales y morales. El progreso como único dios
Su cinematografía nos habla de cómo el sistema ejerce todo tipo de procedimientos para llevar adelante sus proyectos de modernización, ejerciendo sobre la gente métodos violentos, deshumanizados, dejando de lado las tradiciones, la vida milenaria.
Sus películas narran y exponen el complejo concepto occidental de «progreso»,nacido en la Ilustración, cuyo impacto ha sellado la suerte de las distintas regiones del planeta. Concepto que todo lo justifica y naturaliza. Valor en sí mismo, pareciera que todo lo exige, constituyéndose en el dios moderno.El progreso es violencia, según la mirada de Jia.
FILMOGRAFIA
- 1994 You yi tian, zai Beijing (Un día en Beijing) (Cortometraje)
- 1995 Du Du (Cortometraje)
- 1995 Xiaoshan hui jia (Xiaoshan vuelve a casa) (Cortometraje)
- 1998 Xiao Wu
- 2000 Zhantai (Plataforma)
- 2001 Gong gong chang suo (En público)
- 2002 Ren xiao yao (Placeres desconocidos)
- 2004 Shijie (El mundo)
- 2006 Sanxia Haoren / Still life (Naturaleza muerta)
- 2006 Dong
- 2007 Useless (Wuyong)
- 2008 24 City
- 2008 Heshang aiqing (Cry Me a River)
- 2013 Touch of sin (Un toque de violencia)
PLATAFORMA
Plataforma fue la ganadora en el BAFICI (Festival de Cine Independiente de Buenos Aires) en 2001, en su tercera edición, en sus comienzos, elegida por el Jurado presidido por la intelectual y crítica de la cultura Beatriz Sarlo.
«El premio principal del jurado oficial fue para Plataforma, la candidata de todos desde siempre (de hecho, era vox populi que uno de los jurados se había referido a ella, meses atrás, como «probablemente la mejor película china de la historia»). El triunfo marca la consagración de Jia Zhangke, cuya primera película, Xiao Wu, había sido olvidada a la hora de los premios en el BAFICI 99. Y confirma además el interesante recambio generacional en el cine de la China continental.»
» Tal como se preveía, el cine asiático ganó varios de los principales premios de la tercera edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici). «Plataforma», retrato que el guionista y director Jia Zhangke («Xiao Wu») hizo de los profundos cambios en la sociedad china de los últimos 20 años mediante las vivencias de una pequeña compañía teatral, se quedó con el premio principal a la mejor película.»
STILL LIFE (NATURALEZA MUERTA)
Ganó el Premio León de Oro en el Festival de Venecia 2006.
Basada en la destrucción de una ciudad, es la ciudad condado de Fengjie, que queda tapada por las aguas, al construirse una represa. El desarrollo económico y energético obliga a la destrucción de la ciudad con más de 2000 años de historia. Fengjie está obligada a desaparecer bajo las aguas como consecuencia de la construcción de la faraónica presa de Las Tres Gargantas. Sus ruinas son el precio del progreso salvaje que no mide consecuencias humanas.
Argumento: A la desaparecida ciudad, ya cubierta por las aguas, le siguen los trabajos de demolición de los edificios existentes. Han Sanming es un minero que viaja a Fengjie en busca de su ex mujer y de su hija, a las que no ha visto en 16 años tras haber sido separados por la policía. En la ciudad en ruinas encuentra un extraño cobijo. Por su parte, y de manera paralela, la película nos presenta a Shen Hong, una enfermera que viaja a Fengjie en busca de su marido, que no ha vuelto a casa en dos años y que lleva una empresa de demolición. Motivada por una serie de recuerdos, la intención del reencuentro no es volver con su marido, sino zanjar un conflicto profundo.
24 CITY
Zia Zhangke narra la historia de una monumental y gigantesca fábrica de aviones en Chengdu, símbolo de la China moderna. Para este trabajo industrial se reclutaron miles de campesinos y floreció una ciudad alrededor. La fábrica se cierra y termina siendo demolida, en una muestra del paso a la China actual. En esta nueva etapa de la economía china germinan los nuevos edificios y los nuevos ricos, siendo los ex trabajadores de la fábrica pobres, olvidados y marginados.
24 City muestra y sigue a un puñado de trabajadores. Es un híbrido experimental de ficción y no-ficción, tiene la forma de cinco entrevistas con trabajadores de las fábricas reales, que se entremezclan con los monólogos de actores. Es la historia del paso del tiempo en la sociedad china. Pero también la historia del desarrollo del mundo. Del paso de la economía productiva a la globalización financiera.
Zhangke se inspiró en la vida de varios de sus compañeros de colegio secundario que se convirtieron en trabajadores de la fábrica antes de terminar la escuela, y que luego perdieron sus puestos de trabajo a mediados de la década de 1990.
Dice Jia en una entrevista: «A finales de 2006, leí sobre una fábrica de Chengdu en las noticias. En su apogeo, esta fábrica de aviación secreta, llamada Factory 420,albergó a 30.000 trabajadores y 100.000 de sus miembros de la familia. Todo el sitio fue vendido a un promotor, que demolió la fábrica y construyó un nuevo complejo de departamentos llamado 24 City. Yo estaba emocionado de ver a través de este caso la vida real: representa el gigantesco – y milagrosamente rápida – la transformación de la China moderna. Creo que ya es una historia en sí misma«.
Los espacios en ruinas en la obra de Jia Zhangke se transforman en un potente tropo que refleja las violentas remodelaciones urbanas y la velocidad del presente. Estas ruinas arquitectónicas producidas por la modernización son inseparables de una mirada triste por lo que ha desaparecido o está a punto de desaparecer. Su interés por las ruinas está impregnada por una nostalgia del pasado como oposición al progreso actual. Son una temporalización del espacio y una espacialidad temporal.
UN TOQUE DE PECADO (A TOUCH OF SIN )
Una crítica de la violencia
A partir del éxito de público de Relatos Salvajes, que se convirtió en tema de conversación de los últimos tiempos, se me ocurrió relacionar la temática del estallido de la violencia en personajes comunes, ya no bajo el registro del humor negro, como lo hace Szifron, sino tal como la trata Jia Zhangke en la película que presentó en Cannes 2013, y resultó ganadora en el rubro del mejor Guión.
Un toque de violencia, como se tituló en España, se alzó, contra todo pronóstico, con el Premio al mejor Guión en Cannes 2013 donde tuvo que competir con películas como La vida de Adéle, de Abdellatif Kechiche; A propósito de Llewyn Davis, de los hermanos Cohen; Heli, de Amat Escalante; o Le passé, de Aghar Faradi.
Se presentó también en el Festival de Mar del Plata.
El título original alude al pecado, que ha sido traducido por violencia. La traducción pierde su dimensión moral, más filosófica. La última palabra que se pronuncia en la película es «pecado».
Como en la película argentina Relatos Salvajes, aquí también se suceden distintas historias, y no son seis como en aquella, sino cuatro. Cuatro personajes, cuatro provincias, una reflexión sobre la China contemporánea: una sociedad con un desarrollo económico colosal que convive con una enorme violencia.
En Un toque de pecado (o violencia) han cambiado algunas cosas respecto de sus películas anteriores. La estética de la inmediatez y del documental se actualiza en favor de elaborados movimientos de la cámara. Las tensiones y las mezclas entre el documental y la ficción, que hasta ahora habían sido una de las características de su obra, desaparecen.
En este film dramatiza y evidencia dos tipos de violencia: la subjetiva y la sistemática. La primera es la parte visible, la ejercida por el sujeto y caracterizada como irracional.La otra es más abstracta y no puede atribuirse a individuos concretos, sino que es puramente objetiva, sistémica, como la corrupción, el desarraigo, la destrucción ecológica, las condiciones de trabajo…
La irrupción de distintas formas de violencia es lo que vincula a cada una de las historias que componen el complejo mosaico configurado por Jia Zhangke, A Touch of Sin yuxtapone cuatro relatos ubicados en distintas geografías de la China actual –desde las zonas rurales de Shanxi, provincia natal del cineasta, hasta la sofisticación urbana de Guangzhou– siguiendo a otros tantos personajes hacia finales invariablemente trágicos: un minero harto de la corrupción, un trabajador golondrina fascinado con las armas de fuego, la recepcionista de un sauna enamorada de un hombre casado es acosada por un cliente ( interpretada por Zhao Tao, actriz fetiche y esposa de Jia), y un joven que trabaja en un prostíbulo de lujo se enamora y es rechazado, a la vez que es atormentado por su madre y tiene problemas laborales.
Adscripción de Jia al género wuxia
En cada relato moral el personaje termina movido cruentamente de la mano de un mundo de wuxia fatalista con modernos caballeros errantes que resuelven todo tipo de problemas con una aplicación ética de la violencia. Se transforman en justicieros provenientes de las leyendas tradiciones de artes marciales, basados en laliteratura y la ópera. Los cuatro personajes fluyen, pasando de observadores a actores, y vienen a restablecer el sentido de justicia en el mundo. Por eso son relatos morales.
Aunque se plantea desde una sensibilidad muy contemporánea, la película se puede ver como una modernización del wuxia, y esta adscripción al género le quita realismo. Las escenas de violencia se acercan por el lenguaje y la forma de representación, al tono del japonés Kitano o de Tarantino.
En lugar de anatemizar la violencia o condenarla, Jia Zhangke busca comprender sus causas. Los estallidos de violencia no son obra de psicópatas sino de gente cansada y harta de ser tratada peor que animales, contemplar impasibles la corrupción generalizada, ver cómo lo colectivo se vende a manos privadas, cómo unos pocos burócratas y dirigentes comunistas hacen negocios a costa de la pobreza de la población.
Jia muestra cómo esa población parece condenada a trabajar en condiciones de semiesclavitud. A comportarse como súbditos y complacer los extraños gustos de los “distinguidos clientes” chinos de un hotel de lujo. El pasaje al capitalismo es en la mirada de Zhangke corrupción, enriquecimiento salvaje y exultante de los corruptos, y condena, empobrecimiento de las condiciones de vida, ruina social y moral.
Al final, un joven saltará al vacío, mostrándonos con su caída que la verdadera crueldad y violencia es la ejercida por el sistema sin necesidad de que nadie empuñe un arma, pero ésta es la masa oscura de la sociedad que queda oculta bajo los discursos triunfales del desarrollo. Jia Zhangke nos sigue hablando de las ruinas del progreso en China al mismo tiempo que hace una impresionante crítica de la violencia.
Humanos y animales
Los animales tiene presencia en la película. En una escena en el sauna se oye decir, proveniente de la televisión, que los animales también se suicidan, que los hombres no son los únicos seres que pueden elegir su destino. Y así quedan equiparados humanos y animales, tanto en sus condiciones de vida y falta de libertad, los hombres son tratados como animales, como frente al suicidio, los animales también lo hacen, como los humanos.
La figura de un tigre, la presencia de un caballo, las gallinas, los peces y las serpientes son algunos de los animales que aparecen repentinamente en el relato. Son animales con gran connotación en la religión y la tradición chinas. En la primera historia el justiciero mata al maltratador del caballo, liberándolo de su yugo. En la cuarta liberan a los peces, volviéndolos al mar. En la tercera aparece la víbora, tal vez anunciando la suerte de la protagonista.
Jia viene a restablecer la dignidad de esos mismos hombres capaces de asesinar y matarse.
Hay dos puestas de teatro en la película, y sus parlamentos parecen hablarles a los personajes, y se insertan en la línea argumental.
El travelling sobre los rostros de los trabajadores mineros en la primera historia, rostros negros por el carbón, y sobre el público reunido en la plaza viendo teatro representa la visión que da el director de la gente común, sencilla, del pueblo, de su amor y ternura hacia ellos, que son los protagonistas de su cine.
Zhao Tao, actriz fetiche y esposa de Jia
Coautora de muchos de sus guiones y colaboradora del director, la bella Zhao Tao protagoniza en A touch of sin la historia de la empleada del sauna.